La depresión es una enfermedad mental que afecta no solo el estado de ánimo de una persona, sino también su manera de pensar, sentir y manejar las actividades diarias. Reconocer los síntomas es el primer paso importante hacia la búsqueda de ayuda y tratamiento. Aquí con nuestra psicóloga en Málaga Mariola Sánchez, exploraremos más en detalle cómo identificar si estás experimentando depresión, los factores de riesgo asociados y los tipos que existen.
Factores de riesgo para presentar depresión
Varios factores pueden aumentar las probabilidades de que una persona desarrolle depresión. Estos incluyen:
– Factores temperamentales: Algunas personas pueden tener una predisposición genética a la depresión debido a su temperamento o personalidad. Por ejemplo, aquellos que son más sensibles o propensos a la rumiación pueden ser más susceptibles a desarrollar depresión.
– Factores ambientales: Experiencias traumáticas, estrés crónico, abuso o eventos significativos en la vida pueden desencadenar la depresión en algunas personas. El entorno familiar, social y laboral también puede influir en el desarrollo de la depresión.
– Factores genéticos: La depresión tiende a ser más común en familias con antecedentes de trastornos del estado de ánimo, lo que sugiere un componente genético en su desarrollo. Sin embargo, no todos los individuos con antecedentes familiares de depresión desarrollarán la enfermedad.
– Factores fisiológicos: Desequilibrios químicos en el cerebro, como niveles bajos de serotonina, dopamina o noradrenalina, pueden contribuir al desarrollo de la depresión. También se ha demostrado que ciertas estructuras cerebrales están relacionadas con la depresión, aunque la causa exacta aún no se comprende completamente.
– Otros trastornos mentales: Condiciones como la ansiedad, el trastorno bipolar o el trastorno de estrés postraumático pueden aumentar el riesgo de depresión. A menudo, estos trastornos coexisten y comparten características sintomáticas similares.
Tipos de depresión
La depresión no es una enfermedad de talla única; de hecho, hay varios tipos de depresión, cada uno con sus propias características y síntomas:
- Trastorno de Depresión Mayor (TDM): También conocido como depresión clínica, este tipo de depresión se caracteriza por síntomas graves que interfieren con la vida diaria, como sentimientos de tristeza, pérdida de interés en actividades, cambios en el apetito o el sueño, fatiga y pensamientos suicidas.
- Trastorno de Desregulación Disruptiva del Estado de Ánimo (TDDEA): Este trastorno se caracteriza por episodios recurrentes de irritabilidad y explosiones de comportamiento que son desproporcionadas en relación con la situación. Se diagnostica principalmente en niños y adolescentes.
- Trastorno Depresivo Persistente (TDP): También conocido como distimia, este tipo de depresión se caracteriza por síntomas depresivos que persisten durante al menos dos años. Los síntomas pueden ser menos severos que en el trastorno de depresión mayor, pero aun así pueden afectar significativamente el funcionamiento diario.
- Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM): Se produce cuando los síntomas depresivos aparecen durante la fase lútea del ciclo menstrual y desaparecen poco después de la menstruación. Estos síntomas pueden incluir cambios de humor, irritabilidad, fatiga y dificultades para concentrarse.
- Trastorno Depresivo inducido por una sustancia: Ocurre como resultado del consumo de sustancias como alcohol, drogas o medicamentos. Los síntomas depresivos pueden ser temporales y desaparecer una vez que se elimina la sustancia, o pueden persistir incluso después de que la sustancia se haya eliminado.
- Trastorno Depresivo debido a otra afección médica: Se produce como resultado de una enfermedad médica subyacente, como enfermedades crónicas, trastornos endocrinos o enfermedades neurológicas. El tratamiento de la enfermedad subyacente a menudo puede ayudar a aliviar los síntomas depresivos.
- Otro Trastorno Depresivo especificado y no especificado: Estas categorías se utilizan cuando los síntomas depresivos son significativos, pero no cumplen con los criterios específicos de otros trastornos depresivos.
Tratamiento para la depresión
El tratamiento para la depresión puede incluir una combinación de terapia psicológica y medicación:
– Antidepresivos: Los medicamentos antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) o los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN), pueden ayudar a aliviar los síntomas depresivos al aumentar los niveles de neurotransmisores en el cerebro.
– Terapia psicológica: La terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia interpersonal (TIP) y otras formas de terapia pueden ayudar a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos asociados con la depresión. La terapia también puede proporcionar un espacio seguro para explorar emociones y aprender habilidades de afrontamiento efectivas.
Es importante recordar que el tratamiento para la depresión puede variar según las necesidades individuales de cada persona, y puede requerir un enfoque personalizado y colaborativo entre el paciente y el profesional de la salud mental. Si crees que puedes estar experimentando depresión, no dudes en comunicarte con nosotros de la salud mental para recibir apoyo y tratamiento adecuados.
Mariola Sánchez Pérez, psicóloga sanitaria y sexóloga. Licenciada en psicología por la Universidad de Málaga y estoy especializada en Psicología Cognitivo Conductual, Sexología, Terapia EMDR y de Tercera Generación, Emergencias, Especialista en Trauma y Apego, haciendo uso de un método integrador eficaz en la terapia.